El hecho de ir acumulando una serie de documentos puede acarrerar inconvenientes en cuestiones de espacio para determinados procedimientos que llevan las empresas a la hora de establecer una correcta gestión.
Por ello, es clave dar la justa importancia a la necesidad de ir destruyendo material innecesario para su posterior reciclaje, acorde a la tendencia que marca la evolución tecnológica y siempre conforme a la normativa vigente en destrucción establecida para hacerlo con total garantía, velando por el medio ambiente.
El mundo empresarial maneja muchísima cantidad de información que, en numerosas ocasiones, ha de destruirse de forma confidencial (léanse como tales datos personales, cuentas y domiciliaciones bancarias, entre otros documentos de carácter privado). Todo ello cobra una vital importancia a la hora de mantener y proteger los derechos fundamentales de la gente, ya que es la propia empresa la que se hace responsable de su uso, en conformidad con lo establecido por la Ley Orgánica de Protección de Datos.
En este sentido, es fundamental que no se vuelva a manipular material previamente triturado por personal o entidades no autorizadas para tal fin, ya que esos documentos van directamente ligados a la industria del papel, convirtiéndose la mayoría de las veces en pasta que generará la fabricación de nuevo papel o mobiliario. Tampoco está permitido su reconstrucción si es para copias o cuestiones de ámbito comercial, ni para crear nuevas clasificaciones o recopilación de información indebida.
El reciclaje tras la destrucción de documentos es primordial y, por ello, hay empresas que cuentan con la opción de realizar la grabación de esta destrucción, acreditando la veracidad del hecho mediante una serie de pautas y mecanismos que pasan desde la recogida hasta el transporte y posterior gestión de los documentos destruidos, siempre realizándolo con la máxima seguridad y confidencialidad, velando por el interés empresarial y el de sus trabajadores.
Si deseas ampliar la información puedes contactar con nosotros o pedir presupuesto de destrucción.